Curioso día eligió para emprender su viaje, considerando que tan solo ayer fue su día y el mío.
Sus aullidos al viento aun retumban en los rincones del patio, y el mismo viento se ha llevado parte de esa melodía consigo, solo para tenerla presente en su frescura.
Sus ojos rebosantes de sorpresa y descubrimiento, ahora cerrados para alumbrar su nuevo camino, me recuerdan ahora a aquellas noches de cachorro, en que debía sentir mi mano como su almohada para poder conseguir el sueño.
Sus torpes movimientos y su graciosa manera de andar, por siempre divertirán mis sonrisas.
Sus días estuvieron contados desde que abrió los ojos, ahora que los cerro me pregunto si le habra gustado lo que vio en esta etapa de la vida, deseo con el mismo amor que me unió a el que su visita halla sido hermosa. Aunque una cosa es segura, su paso por acá no fue en vano, porque sin importar que no haya podido procrear, sus huellas quedaron marcadas en nosotros, y en su compañera de patios, su amiga, su pareja, su Esparta.
Así que Leonidas, Rey de los espartanos, y Guardián de los que quiero, cerra los ojos y cruza la puerta, que la sonrisa que ves, es lo que significaste para mí.