La palabra que no digo, ocupa cada rincón de mi mente, esta tallada en los arboles de mi barrio, esta marcada en la puerta de mi habitación, esta escrita en las hojas de mi cuaderno y esta tatuada en mi piel.
A la palabra que no digo, la escribi junto a tu nombre, asi que tampoco la escribo.
La palabra que no digo, invade mi mente cada vez que pienso en vos, secuestra mis pensamientos si se refieren a vos y se dibuja con mi sangre si llego a sangrar.
La palabra que no digo, me hace sufrir, pero también me hace feliz.
La palabra que no digo, es la peor que se me pudo ocurrir, pero es la mejor de las que nunca dije.
La palabra que no digo, se refiere a vos, y me quiebra la voz si trato de pronunciarla y se me traba la lapicera si empiezo a escribirla, aunque no estoy seguro, no sere yo, por miedo, el que no quiere escribirla.
La palabra que no digo, me hace pagar por cada segundo que respiro, pero me premia por cada vez que pienso en vos.
Y la razón de todo esto es que, la palabra que no digo, por desgracia es la que siento.